A mediados del siglo XVIII, el derrumbamiento del templo obliga a una nueva reforma en la que se reconstruye el claustro, que debido al abandono del monasterio tras la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX, presenta un aspecto ruinoso. A pesar de haber sido declarado Monumento Nacional en 1931, este gran monasterio que ejerció señorío sobre 85 localidades del Bierzo en los siglos XII y XIII, siguió sumido en un abandono total.
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