El Cristo de la Fortaleza o de las Maravillas es una talla de madera policromada de los siglos XIII-XIV. De autor desconocido, su estilo denota la transición entre el arte románico y el gótico. Este cristo crucificado tiene la particularidad de estar coronado con corona de rey y no con corona de espinas. También sorprende su faldón, con dibujos de flechas, estrellas y círculos solares, probablemente una simbología que aún no ha sido interpretada.
La escultura procede de la capilla desaparecida del Castillo de los Templarios donde era custodiada y venerada por los caballeros de la Orden. Actualmente, se encuentra en la Basílica de la Encina protegido por un cristal.
Una fidedigna réplica del Cristo de la Fortaleza es portada durante la procesión del Vía Crucis de Semana Santa hasta su lugar de origen, el interior del Castillo. En el patio de la fortaleza se desarrollan las catorce estaciones de la penitencia, explicadas de forma narrativa.
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