Una de las tres ventanas saeteras que iluminan el ábside está orientada hacia Jerusalén y cuando los rayos del sol entran por ella, iluminan primero la pila bautismal y después la puerta cegada del siglo XII. La pila bautismal (también del siglo XII) estaba hundida respecto al suelo y con escalones que bajaban, probablemente rodeada de agua ya que el bautismo se hacía por inmersión. Actualmente, se halla elevada del suelo por dos escalones.
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Ventana desde el interior |
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Ventana desde el exterior |
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Pila bautismal y puerta cegada |
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