Las excavaciones han permitido documentar su ocupación desde el año 30-40 d.C. hasta finales del siglo II. Situado en el entorno de Las Médulas, a la orilla del Lago Carucedo, este yacimiento se distingue por ser claramente romano desde su origen y no, como otros contemporáneos, estar situado sobre un yacimiento de construcción astur. Su cercanía a la vía XVIII, eminentemente minera, ha llevado a considerar que era la sede administrativa/técnica que dirigía las actividades mineras de Las Médulas.
La planta de la domus presenta estancias en torno a patios, saneamientos bien construidos, y el peristilo con un estanque octogonal en el centro. Las estancias estaban decoradas con estucos y revocos que sólo se pueden apreciar dentro de la estructura metálica.
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