Sobre la puerta de acceso de la Torre de los Caracoles (aunque el visitante no la puede ver por la altura a la que se encuentra y por la erosión de la piedra) hay una inscipción en latín : "Nisi Dominus custodierit civitaten frustra vigilat qui custodit eam", en castellano, "Si el Señor no protege la ciudad, enn vano vigila quien la guarda".
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