Habilitado como museo en la actualidad, el Refectorio era la sala donde los monjes, en el riguroso silencio impuesto por su Regla, comían y escuchaban la lectura de libros sagrados. Las bóvedas de crucería en ladrillo correspondes a una reforma realizada en el siglo XVI.
Se conserva también un pequeño lavabo abierto en la pared.
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